Para reducir el uso de grasa para cocinar tus platos caseros, es muy útil utilizar una sartén antiadherente. La inversión financiera es limitada, pues este tipo de sartén se encuentra fácilmente en los supermercados. La ventaja de este utensilio es que los alimentos (verduras, carne, pescado, etc.) no se agarran a la superficie de la sartén, por lo que no es necesario añadir grasa. Puedes dorar los alimentos (a fuego alto) o cocerlos a fuego lento sin perder el sabor, la textura y la calidad nutricional de los ingredientes. Echando un poco de mantequilla o un chorrito de aceite en cada preparación, reducirás el aporte diario de grasa y limitarás sin esfuerzo el número de calorías de tus recetas. Es un truco muy fácil de practicar que te permitirá perder peso a largo plazo sin renunciar al placer.
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